En breve el contenido estará disponible

No eres usuario? registrate ahora o identificate





- recordar contraseña

Actualidad FIFA y UEFA

Alemania-Holanda, el derbi de Milán

La ciudad de Milán respira fútbol por todos sus poros. Y es que son pocas las ciudades que tiene a dos de los equipos más grandes de la historia del fútbol. La rivalidad entre Milan e Inter se vive apasionadamente, a cada instante. En la prensa, en los medios o en cualquier pizzería. Cuando el Milan pierde, la otra mitad de la ciudad lo celebra. Lo mismo ocurre con el Inter. La división de la ciudad es casi perfecta, 50% de aficionados para cada equipo. Aunque se da una curiosidad, el AC Milan tiene más seguidores en el centro mientras que el Internazionale los tiene en la periferia. Cuando se juega un derbi la ciudad se paraliza durante dos semanas: la previa al partido y la posterior. Sobre todo si hay alguna polémica.

La ciudad de Milán respira fútbol por todos sus poros. Y es que son pocas las ciudades que tiene a dos de los equipos más grandes de la historia del fútbol. La rivalidad entre Milan e Inter se vive apasionadamente, a cada instante. En la prensa, en los medios o en cualquier pizzería. Cuando el Milan pierde, la otra mitad de la ciudad lo celebra. Lo mismo ocurre con el Inter. La división de la ciudad es casi perfecta, 50% de aficionados para cada equipo. Aunque se da una curiosidad, el AC Milan tiene más seguidores en el centro mientras que el Internazionale los tiene en la periferia. Cuando se juega un derbi la ciudad se paraliza durante dos semanas: la previa al partido y la posterior. Sobre todo si  hay alguna polémica.

Alemania-Holanda de 1990

Lo mismo que ocurrió en el Mundial de Italia 90?. La ciudad de Milán vivió como suyo el enfrentamiento de octavos de final entre Alemania y Holanda. Por entonces, la Serie A era el campeonato más fuerte del viejo continente, con las grandes estrellas del mundo. Al AC Milan llegaron los holandeses Frank Rijkaard, Ruud Gullit y Marco Van Basten. Por su parte, en el Inter jugaban los alemanes Lothar Mattaheus, Andreas Brehmen y Juergen Klinsmann. El partido, más que un encuentro de la Copa del Mundo, fue una prolongación de un derbi de Milán, con las gradas del Giuseppe Meazza divididas a la mitad. El partido fue bronco, con poco juego a pesar de que se enfrentaban dos de los de las mejores selecciones del campeonato. El choque entre los jugadores de ambas selecciones fue constante, con desagradables sucesos, como el escupitajo de Rijkaard a Rudi Völler, en esa época jugador de la Roma. Ninguno de los dos duró mucho sobre el campo. Un choque de Völler con el meta holandés, Van Breukelen, provocó otra pelea que acabó con ambos expulsados en el minuto 22 de partido.

El Inter 'ganó' el Mundial

Entre faltas y discusiones, Klinsmann abrió el marcador en el minuto 51 de partido y Brehmen sentenció a falta de cinco minutos con un nuevo tanto. De nada sirvió el gol de penalti de Koeman. Alemania (el Inter) pasaba a los cuartos de final del Mundial ganando a Holanda (el Milan). Y como ocurre cada vez que se encuentran ambos equipos en la Serie A o la Champions, media ciudad lo celebró y la otra tuvo que refugiarse una semana en su casa para evitar las bromas de sus rivales. Una celebración que siguió hasta la final, en la que Alemania ganó a la Argentina de Maradona. El ?Inter de los alemanes? se había proclamada campeón del mundo. La historia de ese encuentro sigue todavía muy presente en el imaginario de la gente, como recuerdo de épocas mejores, en la que Inter y Milan dominaban Europa y el mundo.

Por Héctor García

Fotos por getty images





COPYRIGHT www.FUTBOL-TACTICO.COM  |  TERMINOS DE USO  |  POLÍTICA DE PRIVACIDAD  |  CONTACTO