Sorprende el inmovilismo del Real Madrid en su política de fichajes. No solo este verano. Los últimos cuatro. Desde la llegada de Bale, 101 millones, ningún nuevo galáctico ha pisado el Bernabéu. Sí llegaron enormes jugadores, como Kross o James Rodríguez, aunque no con ese cartel.
Este año solo Courtois y Odriozola. Mientras, entorno y afición piden al menos tres contrataciones: un defensa, un centrocampista y un delantero. Señalan que también lo pide Julen Lopetegui, algo nervioso por el escenario. Los recursos para aspirar a las tres competiciones parecen cortos. Así al menos se vio en la Supercopa de Europa. Sin embargo, Florentino Pérez tiene una visión distinta. Solo habrá fichajes si se pone a tiro un crack. El deseo es Neymar, pero parece imposible a estas alturas de verano. También Mbappé, aunque su salida del PSG es más complicada que la de Neymar. De este modo, está casi descartada la opción de fichar jugadores para la segunda línea.
Florentino Pérez salió de su primera etapa en que el Real Madrid con una plantilla en la que se mezcló el ocasl de los Galácticos y jugadores para el fondo de armario, como Gravesen, Cicinho o Pablo García. No funcionó ese plan, catastrófico para el club y para los intereses de Florentino, que acabó dimitiendo.
Esos jugadores de segunda línea no aportaron nada al equipo y ahora no se quiere volver a caer en ese error, con el gravamen de un mercado disparado. Por ejemplo, Rodrigo. No llegaría para ser titular, pero el Valencia pide por él no menos de 60 millones. Y así con el resto de jugadores que ha tocado el equipo blanco.
La nueva fórmula es fichar cracks, a poder ser a un buen precio, como Courtois, 35 millones, o jóvenes. Odegaard salió mal, por eso se tiene paciencia con Vinicuis.
Es la planificación de Florentino. Veremos si insuficiente para Lopetegui y los exámenes que le esperan