El Leicester City obró el milagro, tal vez el más grande, en 2015 en la Premier League. Un equipo preparado para salvarse acabó ganando el campeonato de liga.
A mediados de esa temporada, todos los analistas del fútbol inglés coincidían en que el Leicester no iba a ser capaz. Le iba a poder la presión y también el físico.
Era imposible seguir con ese ritmo todo el año. Pero los zorros, lejos de caerse, crecieron en su juego para acabar levantando el título.