El 29 de abril de 1972, en un atestado estadio de Wembley, se celebraba el partido de ida de los cuartos de final de la Copa de Europa de selecciones nacionales que daría paso posteriormente a la fase final a celebrarse en Bélgica. Un partido con muchas connotaciones, una rivalidad que había ido creciendo con los años y muchas cuentas pendientes.
Alemania Federal había salido derrotada seis años antes en la final del mundial, tras un partido con un final polémico.