La nueva temporada 2019-2020 de fútbol en España ha comenzado. En los próximos diez meses todos los equipos lucharán de una manera encarnizada por conseguir los mayores logros deportivos, pero antes de que comience la competición, el primer partido ya ha comenzado.
La lucha que mantienen la RFEF y LaLiga. Bajo la mediación del CSD y el dictamen de un juez como árbitro, la temporada empieza con un duro enfrentamiento de los dos órganos que rigen el fútbol español. El máximo mandatario de LaLiga y capitán, Javier Tebas, quiere partidos los viernes y los lunes, en frente está la opinión contraria del otro capitán, Luis Rubiales, que quiere recuperar la competencia de fijar los horarios que en su día el anterior presidente, Ángel María Villar, había cedido al ente del fútbol profesional en los acuerdos firmados en los años 2010 y 2014.
Los clubes de primera y segunda división se reunieron para dar el apoyo incondicional al presidente que los representa, exceptuando al Real Madrid. La mala relación que mantiene Florentino Pérez con Javier Tebas en los últimos años, con continuos desencuentros, ha impedido que dicho apoyo de los clubes fuese unánime.
Los ingresos televisivos son la mayor fuente de ingresos, sobre todo de los clubes menos poderosos. En caso de una decisión contraria a los intereses de los equipos de las dos categorías que forman el fútbol profesional español, sus presupuestos y su viabilidad económica se vería fuertemente amenazada. Según LaLiga de Fútbol Profesional, cerca de 2.100 millones de euros están en juego.
De momento la solución del magistrado Sánchez Magro, árbitro designado para este crudo enfrentamiento, ha sonado un poco a salomónica y ha dicho que los viernes sí, pero los lunes no. Una decisión que de momento ha dejado más contenta a la RFEF que a LaLiga. Como era lógica y cabía esperar, la patronal del fútbol profesional va a reclamar tal decisión.
Por si faltaban pocos, a esta guerra se ha sumado uno de los participantes durante muchos años perseguidos por LaLiga, la hostelería, y que ha proporcionado aproximadamente unos ingresos de unos ciento cincuenta millones de euros por poder ofrecer los partidos en los establecimientos para el público en general. Su protesta consiste en una rebaja del precio que abonan por los derechos, protesta que parece lógica y normal.
Al final de todo, la conclusión es fácil, lo importante no es el balón ni el espectador, lo que mueve a los dirigentes es el dinero. Los clubes y LaLiga que no toquen ni perjudiquen sus intereses económicos, la RFEF pretende un mayor reparto de beneficios, como no se le da más por eso se queja y quiere aumentar su participación por la emisión de los viernes y lunes.
Pero ninguna de las dos instituciones se preocupa de mejorar. Hace tiempo que LaLiga perdió su posición de mejor liga del mundo en favor de la Premier inglesa. La RFEF está en el mismo camino, buscando enfrentamientos y haciendo amigos por todos lados, ahora incluso con la Liga Nacional de Fútbol Sala que preside Javier Lozano, además ambos ya están peleándose por un nuevo y suculento reparto económico que se avecina, el fútbol femenino.
Hace ya muchos años, D. Francisco de Quevedo, escribió un poema sobre el poder del dinero a la hora de transformar, manipular e igualar a todos, se llamaba Poderoso caballero es don dinero, si disponen de tiempo, pueden leerlo porque le viene al pelo tanto a LaLiga como a la RFEF.