Las teorías conductistas y mecanicistas son válidas para los individuos y sistemas lineales. Sin embargo, para el fútbol no es útil, ya que éste deporte plantea diferentes variabilidades de resolución y ejecución. Los futbolistas de talento, a través de su desequilibrio en el campo de juego, representan el sistema no lineal, abierto. Para ellos, los entrenadores que mecanizan las jugadas y repeticiones de juego, son aburridas e inaceptables, ya que su juego se basa en la inspiración y creatividad.