Lo primero de todo. Para el que escribe es un placer poder tener una charla de media hora con un entrenador que ya es leyenda. Del Bosque, en Inglaterra o Brasil, por poner dos ejemplos, tendría ya levantado un monumento con su efigie. También una plaza o ciudad. En España, de momento, Vicente acumula condecoraciones, pero también conspiradores que esperan un tropezón de España para cargar sus plumas contra él.
Ha ganado un Mundial, una Eurocopa, dos Champions, varias Ligas, Supercopas... Sin embargo, Vicente del Bosque no ha cambiado nada desde el primer día que subió al primer equipo del Madrid. Fue en marzo de 1994, tras la destitución de Benito Floro. Dos años después repitió con el despido a Jorge Valdano. 0-5 en San Mamés y 2-3 ante el Oviedo en el Tartiere fueron sus resultados. Vicente era por entonces un técnico de cantera, enamorado del trabajo sobre el césped, de mancharse de barro en la vieja Ciudad Deportiva del Real Madrid. En 1999 la directiva del Real Madrid decidió darle los mandos del primer equipo. Otra vez tras la destitución de un nuevo técnico: John B. Toshack. Del Bosque consiguió construir un nuevo equipo, que acabó ganando la Champions League. Un éxito que dio paso al Real Madrid de los 'galácticos'. Vicente manejo un elenco de estrellas a la perfección. Muchos le tacharon de mero gestor de egos. Su trabajo, sin embargo, fue encontrar acomodo a todo lo bueno que llegó: Zidane, Ronaldo...
Dieciocho años después de su primer partido con el Real Madrid, Vicente del Bosque no ha cambiado. Su imagen sigue siendo la de un hombre tranquilo. Pacífico. Cada respuesta es reflexionada. No importa que sea peliaguda o polémica. Vicente sale de ella como cuando entrena a la Selección. Fue capaz de volver a poner entre los jugadores del Real Madrid y Barcelona cuando la tormenta amenazaba con desbordarlo todo. El Mundial de 2014 puede que sea su último trabajo al frente de la Selección. No lo sabemos. Aunque vive instalado en el profesionalismo, Del Bosque no olvida el trabajo de cantera. El volver a mojarse cada sábado en campos de césped artificial (antes de tierra) descubriendo nuevos talentos.
Al margen de la selección, el fútbol español vive un momento complicado. Los campos no se llenan. La afición ha dado la espalda al fútbol, salvo en los grandes equipos. La Liga necesita estar a la altura de La Roja, donde todo se hace desde la cordura y la mano izquierda de Vicente del Bosque.