Tomás Pina Isla (Villarta de San Juan, 14 de octubre de 1987) no llegó a Primera División por casualidad, pero casi. Cerca de los 21 años, su experiencia se reducía a equipos de categorías regionales de Madrid, ciudad a la que se había trasladado principalmente para estudiar. Ni siquiera entonces, cuando tras alguna que otra duda aceptó la oferta del filial del Mallorca, creía que pudiese llegar a jugar con los mejores. Tras año y medio en la cantera bermellona, Gregorio Manzano le requirió para el primer equipo y le dio a probar el caramelo de la máxima categoría. Aquel día de enero en Chapín, el campo del Xerez, Pina se subió al tren del fútbol.