Ya se ha jugado más de un tercio de la temporada. Tiempo suficiente para analizar la labor de Tito Vilanova en el Barcelona. Más de cien días que han reafirmado en su puesto y rol al hasta hace poco segundo entrenador culé. Corría el rumor por la Ciudad Condal que Tito era el gran artífice del Barcelona de Guardiola. No sabemos si era para tanto, pero sí que cada decisión de Pep era consultada antes con Tito. El actual Barcelona es distinto al de la era Guardiola. Peor en ciertos aspectos, aunque mucho mejor en otros. El peso de Messi ha aumentado aún más en el equipo. No se puede hablar de Messidependencia cuando tienes al lado a jugadores como Iniestas, Busquets, Villa o Xavi, pero sí hay una excesiva necesidad de los goles de Leo. Esa, por lo que pueda pasar, es la asignatura pendiente de Tito.
Otro de los pocos peros a Tito es la debilidad defensiva. Aunque hay excusa: Piqué y Puyol se han perdido gran parte de los partidos, siendo Mascherano, Song, Bartra y Busquets los recambios. Los analistas también apuntan a que este Barcelona tiene menos toque, pero es más vertical. Eso es algo que ha conseguido cambiar Tito Vilanova. La eliminación ante el Chelsea en la pasada Champions League sacó una conclusión: demasiado barroquismo para crear pocas ocasiones de gol. Para solucionarlo Tito ha vuelto a recuperar a Pedro, quien aporta regate, gol y velocidad. Jordi Alba también ayuda en esa función. La banda izquierda del Barcelona es un puñal, aunque Alexis y Villa todavía no hayan mostrado su mejor cara. No obstante, más de cien días después, a Tito Vilanova le queda trabajo. Debe definir qué hace con Cesc Fábregas, brillante en un partido e inadvertido en otro. Demasiada irregularidad para un crack como él. Lo mejor para el Barcelona es que nada ha cambiado respecto a la era Guardiola. El equipo sigue ganando, sigue siendo el que mejor fútbol practica y le saca una gran ventaja en la Liga al Real Madrid. Ya saben: muchas veces la mejor noticia es que no pasa nada.
Bien distinto a lo que ocurre en otros equipos, capaces de complicarse la vida ellos solos. No se entiende lo que pasa en Bilbao. Todo ha volado por los aires en menos de cuatro meses. Una locura que va camino de devorar a Bielsa y a varios jugadores, como es Fernando Llorente. No se entiende muy bien la postura del Athletic con el jugador. No lo vende, pero tampoco le utiliza. Es una pena que un jugador como él se quede en blanco durante un año, y más cuando el Athletic le echa tanto de menos.
Si Tito ha pasado sus cien días con notas, en el polo opuesto se encuentra Luka Modric. El croata no termina de asimilar lo que le pide. El croata no es un jugador para destruir, si no crear. Y para eso Mourinho entiende que está Xabi Alonso. Así que será complicado que la pareja Xabi-Modric acabe imponiéndose en el centro del campo del Real Madrid. ¿Entonces son muchos 40 millones para un suplente? Modric se encuentra en una encrucijada. Se rebeló en el Tottenham para firmar por el Madrid creyendo que iba a ser el faro del equipo blanco. Tres meses después la historia es bien distinta. Su juego se queda a medias para Mourinho. Y también para ojos externos, ya que el croata no llega a ser el jugador que alcanzó gran fama Inglaterra.