¿Cuántos delanteros natos se le vienen a la cabeza en este momento? Seguramente no muchos. Falcao, Higuaín, Fernando Llorente, Soldado, Cavani, Luis Suárez
Poco más. Y es que el fútbol actual está viviendo lo que puede ser la extinción del 9. Los grandes equipos del panorama europeo se han acostumbrado a jugar sin él. Y el modelo, en gran medida, funciona, como ha demostrado el Barcelona o la Selección Española. Los esquemas de juego cada vez cercenan más a los delanteros centros: el fútbol ha pasado de jugarse por las bandas a acogotarse por el medio. Un embudo que imposibilita las mejores virtudes de los rematadores. ¿Cuántos goles de cabeza recuerdan en los últimos años? Sí, obviamente Falcao o Cristiano Ronaldo (sin palabras su gol al United), pero no hay muchos más para recordar.
Los equipos tienden ahora a llenarse de mediapuntas por el centro o por la banda. Un claro ejemplo es el Chelsea, que ha pasado de tener un delantero como Drogba a jugar con Mata, Hazard, Oscar y Lampard. ¿Delanteros? Pues sólo Torres. Un déficit que ha intentando arreglar este invierno con el fichaje de Demba Ba. Algo parecido le ocurre al Real Madrid en ciertas ocasiones. El equipo es una manada cuando sale al contragolpe, pero no encuentra soluciones ante defensas cerradas. La razón es que sus dos jugadores de banda siempre intentan la diagonal al centro y el 9 no encuentra balones que rematar (da lo mismo Higuaín que Benzema).
El Barcelona, salvando las distancias, también tiene el mismo problema en ocasiones, aunque en este caso tiene un desatascador: Messi. El único gran equipo europeo que tiene dos 9 puros es el Bayern de Múnich, con Mario Gómez y Mandzukic. No obstante, parece imposible jugar con ellos dos juntos.
El clásico 4-4-2 se ha ido transformando poco a poco en los terrenos de juego por la variante 4-2-3-1 o el 4-3-3. Son pocos los entrenadores que se atreven a juntar dos delanteros arriba. Sir Alex Ferguson sí apuesta por Van Persie y Rooney en su equipo, pero a costa de sacrificar al último, ahora mismo gregario del holandés (en la ida de la Champions ante el Madrid llegó a jugar de mediocentro defensivo). En todo equipo, dicen los expertos, es clave un portero y un 9. El Real Madrid de Casillas y Ronaldo de los galácticos fue el último gran ejemplo. Pero ahora la historia es bien distinta. El portero sigue siendo clave, pero importa más el falso nueve.
Cristiano Ronaldo, Messi o Van Persie podrían adaptarse a ese papel. Son goleadores que necesitan arrancar con metros para obtener mejor resultados. Sólo basta con ver desde donde arrancan Messi o Cristiano en muchas ocasiones. El argentino llega a bajar hasta el medio del campo, mientras que el portugués lo hace muchas veces desde su propia área (goles ante el Celta o Sevilla) para recorrer todo el campo en menos de once segundos. Lo mismo que Van Persie, quien marca la mayoría de sus goles apareciendo desde atrás. En definitiva, nunca están, pero siempre llegan. Así es el nuevo delantero.