El pasado 30 de Agosto se celebró la final de la Supercopa de Europa 2013, sobre el césped del Eden Stadium de Praga. Un partido que enfrentaba a dos grandes del fútbol europeo y reeditaba la final de la champions 2011-12, el vigente ganador de la Champions, el Bayern alemán, contra el ganador de la Europa League, el Chelsea británico.
Un partido que, a la importancia del título en juego, se le preveía una cantidad de morbo importante, por la rivalidad que enfrenta a los entrenadores ambas escuadras, José Mourinho y Pep Guardiola. Resulta curioso, que conseguir vencer en los dos torneos europeos, no le permitió seguir en su cargo, ni a Jupp Heinckes en los bávaros, ni a Rafa Benítez en los londinenses.