Se acerca el parón de invierno. Sólo la Premier League no para. Una bendición para los aficionados, pero un castigo para entrenadores y jugadores. Y más en año de Mundial. Muchas voces apuntan en Inglaterra que sería necesario parar en estas fechas para ayudar a la selección de cara a los grandes campeonatos. Sin embargo, el calendario y las televisiones mandan. Nada que ver con el resto de Europa, donde las principales ligas se toman un respiro. Así que es momento de poner las primeras notas.
Si miramos a España, la competición, tras varios años de oligopolio, parece cosa de tres. Simeone está haciendo un trabajo titánico. Ha transformado al equipo y a sus jugadores, llenos de ardor para no rendirse nunca. La única duda es saber si el depósito de gasolina les llegará para competir por los títulos a partir de febrero. Mientras, el Real Madrid se ha ido encontrando poco a poco. Carlo Ancelotti llegó con un plan que ha tenido que variar en más de una ocasión. Aún está buscando el equilibrio perfecto entre correr al contragolpe y jugar el balón con más pausa. El tridente Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo, entretanto, ayuda a solucionar cualquier problema.
Respecto al Barcelona hay dudas. Gana como antes, pero es un gigante con grietas. Sobre todo en su línea defensiva. Tata Martino decidió esperar al mercado de invierno para fichar. Tres meses después, supongo que el argentino se habrá dado cuenta de que necesita un central y un delantero. Sí, un 9 que ayude a solventar la papeleta cuando no está Messi. Neymar y Cesc no parecen relevo suficiente para ganar partidos ante equipos como el Bayern de Múnich, Real Madrid o el Athletic en San Mamés.
En Europa la cosa no ha variado mucho respecto al año pasado. El Bayern de Múnich manda en Alemania. Pep Guardiola, en un caso parecido al de Ancelotti, ha ido encontrado al equipo poco a poco. Primero con resultados, y luego con resultados y buen juego. Todavía no hemos visto a un Bayern excelso. Tampoco creo que se parezca al de la mejor época del Barcelona. Son jugadores y filosofías distintas, y Pep está intentado encontrar la que mejor se amolde al Bayern. Donde no importan los resultados es en el Borussia de Dortmund, con el contragolpe más bello del planeta. Es pura música celestial, aunque a Jürgen Klopp le guste más el rock.
La mirada también se nos va a Italia, donde la Roma está perdiendo fuelle tras ganar los diez primeros partidos. Sólo mantiene la línea regular la Juventus, con Fernando Llorente cada vez más protagonista. Inter y Milan, mientras, intentan salir del fondo del pantano en el que llevan viviendo los dos últimos años. Así que el Nápoles de Rafa Benítez se presenta como la única alternativa seria para acabar con el reinado de la Vecchia Signora.
Y en Inglaterra, aunque la cosa no vaya a parar, destacan la marcha a trompicones del Manchester United: fiable en Europa, pero inseguro en la Premier League. En fase de construcción están el Manchester City (por fin ha conseguido superar la fase de grupos de la Champions League) y el Chelsea. Por su parte, el Arsenal es otro equipo. Arsène Wenger se ha cansado de llenar portadas por el buen juego, pero nunca por títulos. Al técnico francés no le tembló la mano cuando ordenó a sus jugadores jugar al catenaccio ante el Borussia en la Champions League. Tampoco para jugar al contragolpe en la Premier cuando el resultado está de cara. Es un nuevo Arsenal, con futbolistas más veteranos y más pícaros. Y así sí son candidatos a todo.