El pitido final del árbitro dio paso a la alegría del Real Madrid, liberado por fin de una obsesión. La ‘Décima’ se ha convertido en objetivo y pesadilla de una entidad que llevaba doce años en un laberinto.
Fueron 115 minutos de agonía (en los últimos cinco ya estaba todo sentenciado), reflejados en la carrera de Xabi Alonso desde la grada al corazón de la piña que formaron los jugadores del Real Madrid tras el gol de Bale. Al otro lado, Simeone y sus jugadores miraban al cielo, sin entender un destino tan cruel para una temporada épica. Todos se habían visto levantando la ‘orejona’ al cielo, celebrando un ‘doblete’ único en Neptuno, pero Sergio Ramos se lo arrebató todo.