La selección holandesa consiguió en el pasado campeonato del mundo celebrado en Brasil un merecido tercer puesto, apostando por el pragmatismo y el juego veloz basado en el contraataque. El experimentado técnico holandés Louis Van Gaal sorprendió en este mundial con el emplazamiento táctico utilizado, apostando por 1-5-2-1-2. A pesar de ello durante el transcurso del torneo utilizó variantes en el sistema como el 1-3-4-3.
El estilo de juego de la “Orange” priorizaba el orden táctico defensivo con la intencionalidad de acometer al equipo rival a través de una peligrosa transición ofensiva que resultó efectiva con los desmarques de penetración al espacio de Van Persie y Robben. En el presente artículo analizaremos la fase defensiva del conjunto holandés, así como su construcción de juego con tres centrales y su temible transición ofensiva.