Los equipos se renuevan por diversas razones. En unos casos, se decide cambiar porque el rendimiento obtenido quedó por debajo de las expectativas generadas. En ocasiones, hay clubes que se ven obligados a vender y reinventarse, mientras que otras veces la llegada de determinados entrenadores lleva implícita la posibilidad de modificar el ideario.
El Atlético de Madrid es uno de esos conjuntos que han reconstruido su plantilla derivado del éxito obtenido la campaña pasada.
Finalista de Champions y ganador de Liga, los de Simeone perdían a varios de sus jugadores más destacados. Courtois, Diego Costa y Filipe Luis hacían las maletas para desembarcar en el barrio londinense de Chelsea y jugar para Mou. En el lugar de los traspasados, llegaban Moyá, Ansaldi, Siqueira, Cerci, Griezmann y Mario Mandzukic para tratar de mantener intactas las opciones de pelear por todo y ubicarse de nuevo entre los mejores.
Los principios que rigen al equipo de la Ribera del Manzanares permanecen intactos. Líneas fusionadas que se articulan sin descomponerse, como si los jugadores estuviesen cosidos, un hambre atroz para ganar todo balón al adversario, ataques de ejecución poco compleja y determinación para llegar arriba. No podemos obviar su eficacia en las acciones a pelota parada. Buenos lanzadores y excelentes rematadores, junto con el trabajo del cuerpo técnico, marcan la diferencia prácticamente en cada partido.
El equipo se parece al del pasado ejercicio, pero es distinto porque algunos de los interpretes han cambiado.
Para quitarle la pelota al rival y poder atacar rápidamente Guillerme Siqueira no aporta tanto como el lateral anterior; Mandzukic no está capacitado para moverse en todo el frente de ataque, mientras que defender tan cerca de la propia línea de gol genera más dudas sin la presencia del belga Courtois.
Coordinar las nuevas prestaciones será clave para mantener esa vitola de equipo ganador que se han ganado a pulso los rojiblancos. Koke, Arda, Godín, Miranda y Gabi deben establecer nuevas formas de organizarse puesto que ahora están rodeados de otros futbolistas. Como entrenador, siempre me sedujo sobremanera identificar las nuevas posibilidades que emergen en las plantillas que sufren modificaciones.
El Cholo maneja otros ingredientes en el reto de mantener el tipo en un contexto tan exigente como es la convivencia con los grandes de España y Europa.