Editorial de la Edición 91
Por Oscar Cano
Redactor de www.Futbol-tactico.com
Por Oscar Cano
Redactor de www.Futbol-tactico.com
La sostenibilidad o la metamorfosis del modelo en can Barça.
El clásico dejó millones de destellos fundamentados en la calidad de los jugadores que hicieron acto de presencia en el Santiago Bernabéu. La corriente de opinión generada tras estos encuentros se exagera tanto que se hace difícil encontrar reflexiones profundas, dirigidas a la complejidad del juego. El Real Madrid puso en escena su remozado fútbol. Atrás ha quedado la urgencia perenne, la velocidad constante.
Ahora, Modric, Kroos, James e Isco, relatan otro estilo, más acorde con las características de todos, sin obviar que el potencial para contraatacar debe desatarse si las circunstancias lo aconsejan. El Barça, sin embargo, busca soluciones conceptuales. Desde la salida de Guardiola, hay un elemento que ha condicionado, ya veremos si para bien o para mal, el intocable modelo de acción. Pep modificó el espacio de intervención de Messi, lo facultó para ser ese nueve diluido con libertad para desplazarse y no ser fijado por ningún opositor.
Quizás su labor se ha excedido, posiblemente dicha libertad le aproxime en demasía a la pelota, y en numerosas ocasiones acaba siendo un “falso seis” un doblador de las funciones ajenas. El argentino es un hombre de jugadas, de gol, no de juego. Su contacto con el balón sugiere líneas rectas para llegar al arco contrario. Si el juego no lo fabrican Busquets, Xavi o Iniesta, su presencia, como trio de timoneles en el terreno de juego, se vuelve infructuosa. Con ellos, la única transición eficiente tiene que ver con acumular abundantes pases.
El fútbol culé únicamente se aceleraba cuando todos se juntaban alrededor de la pelota y lograban juntar a los rivales, cuando los centrocampistas exhibían sus naturales capacidades y los atacantes eran encontrados por el juego y no se erigían como buscadores de acciones determinantes. El cambio es lícito, Luis enrique y su cuerpo técnico, créanme, están un peldaño por encima de la media intelectual, son infatigables trabajadores y a buen seguro encontrarán lo que pretenden, pero la pervivencia del modelo está en la parte del cambio que no debe cambiar.
El reto es precioso, la preparación de los técnicos está fuera de toda duda, por lo que, elijan el sendero que elijan, el tiempo terminará por darles la razón.
Ahora, Modric, Kroos, James e Isco, relatan otro estilo, más acorde con las características de todos, sin obviar que el potencial para contraatacar debe desatarse si las circunstancias lo aconsejan. El Barça, sin embargo, busca soluciones conceptuales. Desde la salida de Guardiola, hay un elemento que ha condicionado, ya veremos si para bien o para mal, el intocable modelo de acción. Pep modificó el espacio de intervención de Messi, lo facultó para ser ese nueve diluido con libertad para desplazarse y no ser fijado por ningún opositor.
Quizás su labor se ha excedido, posiblemente dicha libertad le aproxime en demasía a la pelota, y en numerosas ocasiones acaba siendo un “falso seis” un doblador de las funciones ajenas. El argentino es un hombre de jugadas, de gol, no de juego. Su contacto con el balón sugiere líneas rectas para llegar al arco contrario. Si el juego no lo fabrican Busquets, Xavi o Iniesta, su presencia, como trio de timoneles en el terreno de juego, se vuelve infructuosa. Con ellos, la única transición eficiente tiene que ver con acumular abundantes pases.
El fútbol culé únicamente se aceleraba cuando todos se juntaban alrededor de la pelota y lograban juntar a los rivales, cuando los centrocampistas exhibían sus naturales capacidades y los atacantes eran encontrados por el juego y no se erigían como buscadores de acciones determinantes. El cambio es lícito, Luis enrique y su cuerpo técnico, créanme, están un peldaño por encima de la media intelectual, son infatigables trabajadores y a buen seguro encontrarán lo que pretenden, pero la pervivencia del modelo está en la parte del cambio que no debe cambiar.
El reto es precioso, la preparación de los técnicos está fuera de toda duda, por lo que, elijan el sendero que elijan, el tiempo terminará por darles la razón.
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