Ganar un título continental es siempre un éxito, pero cuando se levantan un trofeo dos veces consecutivas no resulta descabellado hablar de hegemonía. Y esto es lo que ha logrado Miguel Rodrigo al frente de la selección japonesa.
Tomó las riendas del equipo nipón en 2009, conquistó el Campeonato de Asia en 2012 y ha revalidado su corona en 2014, tras derrotar en la final a la poderosa Irán de Jesús Candelas. Los triunfos aportan un grado extra de visibilidad al trabajo de este técnico, uno de los seis españoles que ejerce como seleccionador en Asia.