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Hay futbolistas que marcan para siempre la historia de un club. Eusebio fue uno de ellos. Y es que el Benfica no se puede entender sin él. El astro portugués nos dejó el pasado domingo 5 de enero tras sufrir una parada cardiorrespiratoria. Su recuerdo, no obstante, quedará para siempre.

Hay futbolistas que marcan para siempre la historia de un club. Eusebio fue uno de ellos. Y es que el Benfica no se puede entender sin él. El astro portugués nos dejó el pasado domingo 5 de enero tras sufrir una parada cardiorrespiratoria. Su recuerdo, no obstante, quedará para siempre.

Fútbol Táctico es uno de los últimos medios en entrevistar a la ?Pantera Negra?. La cita fue en su ciudad, Lisboa, el pasado mes de septiembre. Ya por entonces el gran Eusebio estaba muy frágil de salud, pero él tenía claro que no se iba a rendir fácilmente. Como nunca lo hizo sobre el césped. La charla fue deliciosa, puro fútbol, cargada de recuerdos y anécdotas de su carrera. Como cuando llegó a Lisboa, de la que quiso marcharse nada más llegar por ?el terrible frío que hacía. Yo venía de Maputo, donde el clima era bien distinto. Nada más bajar del avión llamé a mi madre y le dije que devolviera el dinero que le había dado el Benfica, que aquí no podía estar?.
La transcendencia de Eusebio en el club benfiquista se entiende a la perfección en el museo del club, donde se dedica una planta entera al astro portugués. Es casi un santuario, con fotos y objetos de él, como el guante de boxeo que le regaló Muhammad Ali. Al otro lado de la sala, en un espectacular holograma, el futbolista charla con algunos de sus coetáneos: Sir Bobby Charlton, Di Stéfano, Pelé? Eusebio guardó una estrecha relación con todos ellos, especialmente con Di Stéfano, su ídolo y, de algún modo, maestro. Ambos se encontraron por primera vez en la final de la Copa de Europa de 1962. ?Ese día me enfrenté a mi gran ídolo, Alfredo Di Stéfano, al que yo seguía desde Mozambique. Al acabar el partido, en vez de celebrarlo con mis compañeros, me fue directo hacía él y le pregunté qué podía hacer un chico como yo para ser un gran jugador. Alfredo me dio varios consejos que se quedaron grabados. Cada entrenamiento y partido intentaba hacer lo que me había dicho en ese partido. Di Stéfano es mi amigo y mi ídolo. Doy gracias a Dios por tener una gran relación de amistad con él. Se lo debo todo?.

Fútbol Táctico es uno de los últimos medios en entrevistar a la ?Pantera Negra?.

Eusebio también nos contó su mejor recuerdo con la camiseta del Benfica. Un partido que nunca olvidó. ?Para mí uno de los grandes partidos fue ante el Santos de Pelé en un partido amistoso en París. Yo acababa de llegar al equipo y era suplente. El encuentro comenzó muy mal para nosotros, con un 3-0 en contra. Entonces Béla Guttman me llamó para jugar los últimos minutos del partido. Fue un momento grandísimo, en el que marqué tres goles. Recuerdo que a Coluna le pedí incluso que me dejara tirar un penalti (el partido acabó 6-3 a favor del Santos, con dos goles de Pelé en la recta final). Yo nunca pensé que podría marcarle tres goles al Santos y jugar mejor que Pelé. France Football, en la portada del día después, título en la crónica de su portada ?Eusebio 3, Pelé 2?. Imagínate lo que eso significaba para un chico que venía de África. Perdí el partido ante el Santos, pero demostré que no tenía miedo de jugar ante ellos?.

Liverpool lo hizo suyo

Eusebio también es eterno en la historia de los Mundiales. El campeonato de Inglaterra de 1966 se recuerda, en gran medida, por dos momentos puntuales: el gol fantasma de Hurst en la final ante Alemania y los cuatro tantos de Eusebio ante Corea del Norte en los cuartos de final. El país que inventó el fútbol venera como ningún otro a las leyendas del fútbol. No importa sin son locales o no. Eusebio marcó para siempre a la afición del Everton en el verano de 1966. Los hinchas del equipo de Liverpool le hicieron suyo. Una admiración que se volvió a repetir en noviembre de 2009, cuando el portugués visitó Goodison Park con motivo de un encuentro entre el Everton y el Benfica. El partido también sirvió para homenajear las actuaciones de la ?Pantera Negra? en ese campo en 1996. Especialmente la del partido de cuartos de final ante Corea del Norte. Los asiáticos, para sorpresa de todos, marcaron tres goles antes de la media hora. Un rotundo 3-0, a priori, irremontable. Con Portugal al borde de la lona, sobresalió Eusebio. Un futbolista que ya había mandado para casa a la Brasil de Pelé en la primera fase. Bautizado como la 'Pantera Negra' por su plasticidad en el juego, el luso se descubrió al mundo entero con una portentosa actuación.

Y es que el de Inglaterra fue el primer Mundial que se televisaba para todo los países por primera vez. La gente no se creía lo que veía. Un futbolista con un estrecho parecido a Pelé y la omnipresencia de Di Stéfano. Sus dos grandes maestros, amigos e ídolos. ?No celebrábamos los goles. Sólo cogíamos el balón y nos íbamos al medio del campo para seguir con la remontada?, recordaba Eusebio en la entrevista a FT Magazine. El encuentro ante los coreanos acabó 5-3, con cuatro goles de Eusebio, dos de ellos de penalti. ?En Goodison Park fue donde me convertí en un jugador de clase mundial. Esa fue firma?, destacó Eusebio en su vuelta a Goodison Park en 2009.

Homenajes por todo el mundo

Las palabras de cariño hacía Eusebio se han repetido por toda Inglaterra, con emotivos minutos de silencio, como el de Old Trafford en el partido de la FA Cup ante el Swansea. Eusebio, amigo de todos, también guardó una gran relación con Sir Bobby Charlton. Ambos protagonizaron un duelo de titanes en las semifinales del Mundial de 1966, con victoria final para los ?pross? (2-1). Dos goles de Charlton y uno de la Pantera Negra. ?Yo estaba seguro de que íbamos a ganar el Mundial, pero nos perjudicó que la semifinal se jugara en Wembley. Liverpool era nuestra ciudad?, destacó Eusebio, elegido mejor jugador del Mundial 1966. Sin duda su Mundial.

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