Por quien el club azulgrana ya se interesó el pasado verano. El club todavía no han entrado a negociar el traspaso en sí, pero ya han hecho llegar el mensaje a ambas partes de que están interesados en el futbolista.
El club azulgrana dispone en principio de 50 millones de euros para fichar en el mercado, y el grueso de esa cantidad irá destinada a un defensa. Los dos principales candidatos son Thiago Silva y Gareth Bale. Pero Guardiola se inclina en principio por el defensa brasileño. La renovación de Abidal, que ha tardado más tiempo de lo esperado en concretarse, también tiene su influencia.
Thiago Silva está realizando una gran campaña en Italia y el Milan querrá hacer caja con el traspaso. La operación podría situarse en los 30 millones.
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La Premier League es cosa de dos, entre otras cosas, porque el Tottenham no está interesado en la pelea. Los 'Spurs' salieron de Anfield con un punto gracias a su mísero planteamiento y al agujero que el conjunto 'red' ha creado en su estadio, por donde se escapan puntos jornada tras jornada. Ni siquiera el regreso de Luis Suárez cambió la frustrante negativa de los de Dalglish en casa. Tampoco sirvió que fueran el único equipo con intenciones de ganar.
Viendo el once que presentó Redknapp en el compromiso de Merseyside, cualquiera diría que los 'Spurs' quieren luchar por el título mientras tengan opciones. El atractivo mediocampo con Livermore, Parker y Modric, flanqueados por Bale y Kranjcar en las bandas, presagiaba un Tottenham ambicioso y preparado para marcar el ritmo del partido. Ingenuo pensamiento.
Como ocurriera en Old Trafford o en el Etihad Stadium, el equipo de Redknapp salió con actitud timorata, dispuesto a defender el empate y a no correr el riesgo de dar el paso adelante que se presupone con tal plantilla. Sí lo dio el Liverpool, ansioso por sentar las bases en Anfield de su asalto a la Champions.
Los de Dalglish, con Carroll en el once y Luis Suárez en el banquillo, pusieron la voluntad y el interés necesario para acabar con la sangría que arrastran como locales durante toda la temporada. Faltó juego y remate. Johnson pierde potencial ofensivo en la izquierda y la intensidad de Bellamy tiene poca influencia en la banda.
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El cementerio estará lleno de valientes, pero el fútbol sala depende de ellos. Rumanía no se conformó con ser una comparsa en el camino de España a semifinales y protagonizó unos primeros 30 minutos de choque épicos. Los de José Venancio vivieron con el corazón en un puño. Sito Rivera tenía una apuesta temeraria y bendita al 50%.
La primera parte fue antológica. Kike lo sabía. Un taconazo del alma de El Pozo fue completado por un pase milimétrico de Alemao. Torras aparecía para firmar su primer gol. Rumanía se crecía, lejos de amilanarse. No se habían cumplido diez minutos de juego cuando Gherman aprovechó un error defensivo español para empatar. Un tanto de fútbol playa, con un control prodigioso sellado por un remate acrobático. Todo volvía a empezar.
El técnico de Rumanía podía defender el resultado con todo, pero hizo lo contrario. Rivera ordenó que Lupu, su capitán, formase de portero-jugador y puso a España contra las cuerdas. Sin embargo, el equipo amarillo no contaba con Aicardo. El jugador parece reivindicar en cada partido su tardía presencia en el combinado. Un tiro seco tocó en un contrario para levantar a España.
Los últimos minutos de la primera parte fueron una locura. Gherman coló un obús por la escuadra de un atónito Luis Amado para restablecer las tablas. España tuvo que reaccionar de nuevo. Y lo hizo. Una pared entre Usín y 'el mago' Alemao fue rematado por el primero. Poco después Torras envió un mísil para que el marcador al descanso reflejase un 2-4 para España.
Rumanía alcanzó su cénit en el minuto cinco de la segunda parte. Una combinación de equipo de ensueño terminó en las mallas de Luis Amado, fusilado por Matei. Los cuartos se complicaban sobremanera. Pero ahí apareció el equipo campeón. Aicardo a la salida de un córner puso un doblete que reafirma su importancia.
Posteriormente, Torras, Lin y Ortiz, con la colaboración de un generoso Miguelín que no quiso empujarla, aprovecharon a placer los errores de una Rumanía volcada en ataque, con Lupu en media cancha. España pasó la prueba con nota, pero las distancias en fútbol sala se acortan a la velocidad de la luz. Pasó la media hora de gloria de la bisoña selección rumana. 'Chapeau' para Sito Rivera. En semifinales, la batalla se presume más táctica, más estática. En cada casilla del tablero de José Venancio, nuestras piezas se jugarán poder revalidar un título que les pertenece.
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Si en la época de Van Gaal el Barcelona se atrancaba en noviembre y con Rijkaard, en diciembre, el mes de febrero es el más complicado para Guardiola. Y esta temporada no será diferente. Tras superar al Madrid en Copa, los azulgrana destaparon este tramo la semana pasada en Valencia empatando (1-1) en la ida de semifinales de Copa. El sábado tuvieron que sufrir para derrotar a la Real (2-1) y en las próximas semanas se la jugarán en Liga visitando Pamplona y el Calderón. Además, recibirán en el Camp Nou, de nuevo, al equipo de Emery.
Desde que Pep manda en el vestuario (2008-09), en febrero siempre se dieron resultados adversos. En esa campaña, el Espanyol ganó, 27 años después, en el Camp Nou (1-2), resultado que activó las alarmas. En la siguiente (09-10), una derrota en el Calderón (2-1) se unía a la eliminación de la Copa en el mes de enero ante el Sevilla. Además se dio un empate (2-2) en Almería.
En el pasado curso, un empate en Gijón ante el Sporting (gol de Villa en el tramo final) y la derrota en el Emirates Stadium ante el Arsenal (2-1) siguieron dando fuerza a la teoría de que los culés, en el arranque de los años naturales, no son el mismo equipo, aunque dicen tenerlo controlado.
En las próximas semanas, el Barcelona se jugará la temporada en las tres competiciones: Liga, Copa y Champions. Los culés comenzarán y finalizarán el periplo de partidos ante el Valencia (en Copa y en Liga), visitando el BayArena de Leverkusen y midiéndose también a Osasuna y Atlético lejos del Camp Nou.
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