A nivel de competición, debido al carácter del fútbol actual todas las acciones técnico–tácticas que ejecuta el portero requieren de:
- habilidad mental para saber cambiar de máxima a mínima intensidad sin perder la concentración ni un segundo y poder darle continuidad al juego;
- una constante toma de decisiones, individual o colectiva;
- poder recuperarse de los esfuerzos realizados minuto a minuto cuando la situación lo requiera; demostrar valentía continuamente para enfrentarse con garantías al rival y de igual forma presionar en las dos fases del juego;
- excelente golpeo de balón para tácticamente realizar con precisión pases a los compañeros de la línea inmediata, con manos o pies, de izquierda a derecha o viceversa;
Y lo más importante, un dominio corporal excelente para posicionarse y desplazarse con inteligencia en la portería en todos los sentidos, para moverse por la zona de peligro que defiende manteniendo la visión en el juego si el equipo pierde el balón en un momento dado.