En fase de ataque, Maurizio Sarri dispuso a su equipo en 1-4-3-3, con Hazard y Pedro como extremos, y Jorginho como eje ofensivo, ofreciendo las coberturas ofensivas necesarias a sus compañeros, para equilibrar el juego colectivo.
En el inicio de juego optaron por utilizar de manera alternativa, y en función a donde estuvieran ubicados los dos medios centros rivales, acciones combinadas y juego directo. Las dos opciones tenían como objetivo hacer llegar el balón a Kanté o Hazard (cuando irrumpía por el eje central), sobre los espacios generados a la espalda de Xhaka y Torreira.