El fútbol es incierto, sostenido bajo un manto cada vez más profundo de complejidad, pero no es confuso. En el fútbol los conceptos están claros y bien definidos desde el momento en el que la pelota pasó de ser un elemento básico de juego a una conjunción que une intenciones comunes. Pero con la dinamización de la difusión futbolística producto de los nuevos tiempos, parece que la cosa se enturbia por momentos cada vez que alguien llega a una posición relevante y se le analiza sus intenciones y su bagaje anterior.