Lo mismo que el equipo para desarrollar su ofensiva necesita jugar con amplitud, también necesita tener espacios a lo largo del campo, estos espacios deberán ser los adecuados para que los jugadores puedan maniobrar más fácilmente, pero, también, hay que procurar que estos espacios no sean excesivos y, con ello, que produzcan un desequilibrio entre las distancias verticales del equipo. Al hablar sobre la amplitud, decíamos que es un aspecto que el contrario no puede modificar, en la profundidad ofensiva el rival sí puede influir notablemente, sobre todo, con el posicionamiento defensivo que ocupe.