La sesión que pasaremos a desarrollar a continuación versará sobre el contenido en el que más ha evolucionado el puesto específico de guardameta en los últimos años: el juego con el pie.
El fútbol moderno exige al portero dominio y seguridad con el balón en los pies. En las tres últimas décadas hemos sido testigos de la palpable mejoría de la prestación del guardameta en esta faceta del juego. De, en algunos casos, no ser capaz de sacar de meta con una mínima solvencia, obligando a golpear a un jugador de campo, a ser, en muchos equipos, una pieza importantísima en el inicio del ataque combinado, dándole en todo momento una opción de pase al compañero y jugando el balón con criterio y precisión.