El entrenamiento de la táctica en fútbol se suele hacer bajo una de las tres vertientes metodológicas existentes: asociacionista, global y estruturada.
La teoría asociacionista separa el juego en unidades simples (preparación física, táctica, técnica y psicología) trabajando cada uno de estos elementos de forma aislada y descontextualizada. Bajo este enfoque la táctica se trabaja, por ejemplo, a través de movimientos y evoluciones.
Desde la teoría global se tiene en cuenta la globalidad del juego pero sin atender a su estructura. La táctica se entrena bajo situaciones como rondos, tareas de posesión en espacios sin tener en cuenta la progresión o las porterías, circuitos técnico-tácticos,…
Desde la perspectiva estructurada cada elemento se manifiesta con una estructura concreta que contiene dos aspectos complementarios y fundamentales que la caracterizan: el conjunto global y la interacción de sus partes, haciendo hincapié en la importancia de las relaciones observables y significativas. Es decir, tiene en cuenta el orden interno y las relaciones que se establecen entre jugadores en un modelo concreto.