Como ya se ha mencionado, la adaptación a largo plazo a cargas físicas incluye cambios apropiados de los niveles morfológicos y funcionales. Obviamente, se mantienen durante largos períodos las modificaciones de músculos, tendones y huesos producidas por muchos años de entrenamiento de fuerza. Asimismo, los cambios obtenidos del entrenamiento de resistencia permanecen durante un tiempo considerable, aunque no son tan visibles como las consecuencias del trabajo de fuerza.