Todos los día escuchamos a compañeros, técnicos y directivos que no tienen tiempo para nada, que el día a día les come su tiempo y no dan abasto con todas sus obligaciones. Incluso nosotros, nos quejamos y pensamos que si tuviésemos más tiempo todo iría mejor. Pero, lo anterior es únicamente una justificación de lo mal que repartimos el tiempo o de lo poco que pensamos en la importancia que tiene dedicar nuestra atención a la gestión del tiempo.