Editorial de la Edición 72
Por Hector García Salido
Redactor Jefe de MínimoSport.
Una Premier sobrevalorada y con una gran pérdida de identidad.
Terremoto en el fútbol inglés. Ninguno de sus equipos consiguió colarse en los cuartos de final de la Champions League, algo que no ocurría desde la temporada 1995/96. La Premier, después de unos últimos años de esplendor, pasa por un grave momento futbolístico y, sobre todo, de identidad, donde se ha dejado atrás a ese aire ‘british’ para abrazarse al dinero de los más ricos del mundo.
El caso más significativo es el del Liverpool, campeón de Europa en 2005 con un equipo por el que nadie apostaba. Y menos aún con el 3-0 a favor del Milan al descanso. Los ‘reds’, sin embargo, lejos de volver a confirmarse dentro de la elite europea, han ido bajando cada año un escalón, hasta ser un equipo que pelea ahora mismo por la Europa League. Detrás de todo se esconde una catastrófica gestión a nivel directivo, en el que tuvieron un especial protagonismo los americanos Tom Hicks y George Gillett. Poco queridos por los aficionados, que se negaron a que el club recayera en manos de magnates de las finanzas, pero no gente de fútbol. El nuevo presidente del club de Anflied es Tom Werner, quien comparte cargo con los Boston Red Sox. No obstante, Tom Werner parece tener más sentido para el fútbol que sus antecesores, ya que tiene que claro que Luis Suárez (un jugador sobre el que construir un equipo) no se moverá.
La entrada de Abramovich en su momento fue acogida con escepticismo, pero al mismo tiempo con alivio. El Chelsea, un equipo situado en un segundo escalón en el fútbol inglés, se desangraba en lo económica. Roman Abramovich cambió al club radicalmente, fichando grandes jugadores y entrenadores, como Mourinho. Los ‘blues’ se colocaron rápidamente en la cima, ganando la Premier en 2005 tras medio siglo de sequía en la competición doméstica. En los años siguientes le han seguido dos Ligas más, varias Copas, una final de Champions y, por fin, el triunfo el año pasado en la Liga de Campeones. Todo en medio de la discutida gestión deportiva, donde los jugadores entran y salen. Al igual que los entrenadores. Los caprichos de Abramovich han llevado al actual Chelsea a una grave crisis, donde nada dura y todo acaba por derrumbarse (Benítez ya ha dejado claro que en verano se va).
El ‘modelo Chelsea’ ha sido imitado por varios equipos más. Es el caso del Manchester City, que por segundo año consecutivo no fue capaz de pasar la ronda de grupos de la Champions. El campeonato de Liga del año pasado en el último segundo escondió varios problemas que se han acentuado esta temporada. Y es que el dinero sirve para atraer figuras, pero no para hacer equipos. ¿Se acuerdan del Madrid de los ‘galácticos’? La crisis del fútbol inglés se agrava aún más por el pobre papel del Manchester United en Europa en las dos últimas temporadas. Los ‘diablos rojos’ también sufrieron la llegada de magantes de Estados Unidos, en este caso los hermanos Glazer, pero Sir Alex Ferguson lo puede todo, como fichar a Van Persie a pesar de los problemas económicos del club. La Premier está asegurada, pero no es suficiente para el United.
Un caso aparte es del Arsenal, en el que es el propio Wenger el que propugna una política económica austera, en la que lo más importante es ingresar más de lo que se gasta. Y todo por encima de los resultados. Esto ha llevado al Arsenal a un segundo escalón de la Premier y a estar cada vez más lejos de los grandes de Europa. A pesar de todo, nadie duda de que los equipos ingleses resucitaran. La pregunta es si lo conseguirá pronto.
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