El deporte fútbol se caracteriza por el contacto entre jugadores y contacto con el balón, desarrollándose en un terreno de juego determinado y bajo unas normas concretas. La combinación de estos y otros muchos factores supone un riesgo elevado de lesión para los futbolistas (Hawkins et al., 2001). Considerando que la lesión deportiva es el factor más limitante del rendimiento de los deportistas, los esfuerzos profesionales deben orientarse hacia la prevención de lesiones, entendiendo que la prevención es mejor que el tratamiento.
Asumiendo que las lesiones constituyen una parte inherente a la práctica deportiva, entrenadores, preparadores físicos, readaptadores, médicos, fisioterapeutas, psicólogos, etc., son responsables de ayudar al deportista a conseguir un estado óptimo de forma física. La prevención de lesiones debe centrarse en la preparación de los atletas para soportar la carga biomecánica que requiere el tipo específico de deporte, en este caso el fútbol (Arnason, 2009). El origen multifactorial de las lesiones complica la identificación de los factores de riesgo y la búsqueda de estrategias para su prevención lo que obliga a dar enfoque multidisciplinario en la aplicación de protocolos de prevención. (Cos F, Cos M. A., Buenaventura, Pruna y Ekstrand, 2010).