El Barça se juega la Supercopa de Europa ante el campeón de la Europa League, el Oporto, un partido de alto nivel futbolístico, con dos equipos de irrenunciable vocación ofensiva y que promete convertirse en un pulso interesante que centrará la atención de toda Europa. El Barça vuelve al Louis II de Mónaco, donde perdió una final (ante el Sevilla en 2006) y ganó otra (al Shakhtar en 2009) en busca de la que sería su cuarta Supercopa de Europa.
Más importante aún, el equipo blaugrana se convertiría en el rey absoluto de las competiciones europeas, con 15 títulos en total (cuatro Copas de Europa, cuatro Recopas, tres Copas de Ferias- UEFA y cuatro Supercopas si gana hoy), uno más que el Milan.
Las dudas que el equipo presenta en defensa condicionan la alineación de Pep Guardiola. Lesionados Piqué y Puyol, serán Abidal y Mascherano quienes vuelvan a reciclarse para frenar a un Oporto que llega a Mónaco en plena transición (Vitor Pereira, ayudante de Villas-Boas el año pasado, ha asumido el banquillo), pero igualmente lanzado: ganó la Supercopa de su país y ha ganado sus dos primeros partidos de Liga a pesar de haber perdido a uno de sus mejores argumentos ofensivos, Falcao.
Pero el Barça ha demostrado su capacidad para sobreponerse a las bajas y sacar a relucir su fútbol. Jugará Messi, que apenas ha acusado su falta de rodaje, una garantía de que el Barça pisará el área rival, y la gran incógnita es saber si Cesc Fàbregas, la última incorporación del equipo, será titular o no. Alexis Sánchez, el otro fichaje, recién salido de una lesión, tiene menos opciones.
El once del Barça será muy parecido al que ganó la Copa de Europa en Wembley, con la salvedad de la baja de Piqué y la entrada de Adriano en el lateral zurdo. Forma parte de la teoría de Guardiola: dar continuidad, con pequeños matices, a un equipo ganador; permitir que los jugadores que brillaron en Londres hace apenas tres meses puedan defender hoy la Supercopa de Europa.
No lo tendrá fácil el Barça. El Oporto maneja con soltura todos los registros del juego y esta noche se volverá un punto más conservador: su entrenador mantiene la idea de que todos los equipos que han ganado al Barça lo han hecho a partir de un 4-4-2, con una presión muy alta en el centro del campo para intentar ahogar al Barça. Es la fórmula que intentará poner en práctica Vitor Pereira, que renunciará a un delantero (presumiblemente Kleber) para dar entrada a un centrocampista más, el argentino Belluschi.
Fuente:www.sport.es
Publicado en
Cursos el 26/08/2011
El Barça en busca de su cuarto título de la Supercopa de Europa.
