Andrei Arshavin será jugador del Fútbol Club Barcelona la temporada que viene de no producirse un giro inesperado a lo que representantes del conjunto azulgrana y el propio jugador acordaron hace ya tiempo con el consentimiento de la entidad propietaria de los derechos del ruso, el Zenit de San Petersburgo. La operación quedó perfilada antes de la semifinal de la Copa de la UEFA entre el Zenit y el Bayern de Múnich, allá por el mes de abril. Ya entonces, el jugador manifestó a representantes de su club su deseo de cambiar de aires y poder recalar así en uno de mayor talla internacional y con grandes aspiraciones internacionales. En la entidad rusa comprendieron las necesidades del futbolista de 27 años y le dieron permiso para negociar con quien estuviera interesado. Fue el Barça el que se acercó hasta él y no tardó en llegar a un acuerdo. La entidad barcelonista desembolsará 15 millones de euros por hacerse con los servicios del delantero. El acuerdo se hará oficial una vez concluya la Eurocopa, es decir, posiblemente la semana que viene. A ese pacto de mantener la entente en secreto llegaron las tres partes hace dos meses.
El único problema con el que se puede encontrar el Barcelona a partir de ahora es la aparición de numerosos intermediarios que puedan poner en peligro el acuerdo al que se llegó directamente con el futbolista. Y ya ha aparecido uno: ayer Dennis Lachter, quien dijo representar al jugador, fue entrevistado en La Sexta y aseguró que "el traspaso está en torno a los 25 millones de euros", aunque comentó que eso sólo era una apreciación suya. El agente, quien aseguró que a él nadie del Barcelona le ha llamado, afirmó que al futbolista "le ha llegado el momento de buscar nuevos retos, es una gran oportunidad para él". A su juicio, que Arshavin acabe vistiendo de azulgrana "depende del interés del Barcelona y del deseo del futbolista de jugar ahí".
El caso es que por ambas partes existe predisposición. Preguntado ayermismo el jugador por este diario durante su presencia en el estadio Ernst Hapel de Viena, dijo que "por supuesto que jugaría en el Barça. La Liga española es la que más me gusta". El jugador ya había dicho en la página oficial de la UEFA que su sueño siempre había sido jugar en el Barça. "He sido seguidor del Barcelona toda mi vida, desde la época de Romario y Stoichkov. Nunca pensé que tendría la oportunidad de jugar en este club", comentó. Ese sueño está cada vez más cerca.
En el esquema de juego de Pep Guardiola, un 4-3-3 con variantes tácticas, el delantero del Zenit ocuparía el extremo izquierdo, demarcación cuya titularidad ostentaba Ronaldinho hasta que cayó lesionado. Pep lo tiene claro. Aunque Arshavin juega habitualmente de segundo punta, su polivalencia permitiría al de Santpedor ubicarle en el extremo izquierdo. El futbolista de San Petersburgo puede moverse tanto por la derecha como por la izquierda, puede retrasar su posición para ejercer de enlace o puede hacer de jugador de área.
FUENTE: www.elmundodeportivo.es