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FUENTE:EL MUNDO DEPORTIVO.ES

En Wembley no se pueden cometer injusticias. Este estadio tiene demasiada historia como para manchar su nombre con un resultado que no fuese el que responda a lo vivido tras 90 minutos de juego. Por eso el brasileño Diego (Werder Bremen) empató el partido en el tiempo de descuento, agónicamente, equilibrando un marcador que hasta ese momento no respondía a lo visto en el encuentro. 1-1 en el primer Inglaterra-Brasil del nuevo Wembley, empate en el marcador y más de 90 minutos de juego en el que cada selección fue fiel a lo que ha representado su fútbol históricamente, sin olvidar que se trataba de un partido amistoso de final de temporada, cuando las fuerzas escasean y las piernas ya pesan.
Dunga dio a Ronaldinho libertad para ordenar el ataque brasileño. Se tenía que repartir la responsabilidad con Kaká, pero el rossonero aún está con la cabeza en Atenas y por mucho que te den la camiseta con el '10' al grupo te lo tienes que ganar. Ronaldinho jugaba cómodo, cayendo a la banda izquierda con naturalidad, asumiendo el papel de motor de ataque de la 'canarinha'. Le seguían a él, las cerca de 90.000 almas entregadas que llenaron la grada, y a todas engañó con una asistencia mirando al lado contrario que puso el balón a Vagner Love en posición de gol apenas transcurridos diez minutos de partido. Pero Love no estaba atento.




Brasil ponía el espectáculo jugando al toque, rápido, alardeando del fútbol que ha abanderado durante años. Sólo Beckham rompía el dominio absoluto brasileño en el minuto 29 lanzando una falta que se fue fuera por poco o dando una asistencia a la cabeza de Owen que casi acaba en gol.
Brasil controlaba la posesión de balón y Ronnie probaba sorprender con un lanzamiento, también de tiro directo, que no entró por pocos centímetros. La presión brasileña dejaba combinaciones fantásticas entre Robinho, Ronnie y un Kaká que jugaba a ráfagas, que conectaba y desconectaba, más preocupado por no perder de vista a Gerrard que de construir.
La segunda mitad empezó con idéntica dinámica hasta que el seleccionador McClaren introdujo dos cambios que cambiaron el encuentro. Decidió el técnico sentar a Cole y dar entrada a Downing, a la vez que Dyer sustituía a un Smith inédito. Inglaterra se creció y en apenas cinco minutos provocó la falta que Beckham botó con maestría a la cabeza de Terry. Nada que objetar salvo que marcaba al inglés Naldo, un debutante con la absoluta. Brasil perdió el rumbo durante unos minutos, hasta que Edmílson empezó a calmar al equipo e inició la fase de reconstrucción. Brasil no perdió la paciencia, lo intentó, una y otra vez. Ya había cantado Wembley la cuenta atrás que marcaba el final del partido cuando Gilberto Silva, capitán de la 'seleçao', vio a Diego solo en el área y le puso un balón genial. El que fuera dupla de ataque en el Santos junto a Robinho cabeceó para gol. Wembley merecía seguir honrando su nombre


Publicado en Cursos el 03/06/2007




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