El fútbol es sin duda uno de los deportes más practicados en el mundo (Junge, & Dvorak, 2004), lo que también conlleva a que sea el deporte que mayor índice lesional presenta (Woods et al., 2002).
Es por esto último por lo que en los últimos años se la ha ido dando una mayor importancia al área de la prevención y readaptación de lesiones, del mismo modo que también ha aumentado el número de publicaciones que hacen referencia a esta temática. Drawer y Fuller (2002) catalogaron el fútbol como una actividad de alto riesgo en la que existe una incidencia lesional 1000 veces mayor a la que existe en cualquier actividad industrial.
Esto quizás se deba a que el fútbol es un deporte intermitente en el que predominan una gran cantidad de acciones que se producen a máxima intensidad de manera continuada y repetida, poniendo en jaque a todas aquellas articulaciones y tejidos que intervienen durante dicha actividad