“Aspiramos a una convivencia entre personas autónomas, que no sean islas ni desaparezcan en la colectividad.
Esta pretensión nos fuerza a buscar un buen ajuste entre las distintas autonomías personales. Hemos de inventar modos de vinculación. Para poder regular nuestras interacciones, conviene que los que intervengan en ella tengan un modelo claro, y que estén de acuerdo con él” (José A. Marina, 2006).