La capacidad de ser pichichi está dada por la facultad de convertir goles, un goleador “nace”, pero en gran medida también se “construye”, es decir se desarrolla en un proceso formativo, en este sentido según datos de neurosicoeducación, confirmados por los científicos Dr. Estalislao Bachrar y el Dr. C. Jesús Lázaro Romero Recasens (Argentina y Cuba), aproximadamente solo el 10 % se relaciona con el componente hereditario, mientras que el resto (90 %) con las experiencias y conocimientos adquiridos durante la vida.
Por lo que la formación vinculada directamente al “medio ambiente” circundante (preparación del futbolista) es decisiva, he allí la importancia de entrenar de manera teórico-práctica aproximadamente 10000 horas sistemáticamente para llegar a ser un futbolista profesional de calidad; no obstante si no cuenta con los dotes iniciales y vocación para golear, no pierda el tiempo, su posición no es ofensiva