Brasil, el país donde se almacenan más Copas del Mundo, servirá este verano el aperitivo a la cita más esperada por el planeta fútbol. La Copa Confederaciones vivirá una de sus ediciones más destacables, si no la que más, reuniendo a cuatro selecciones con al menos una estrella grabada en su camiseta.
Ni con ese aliciente dejará de ser una competición de segunda fila, atendiendo a su formato y prestigio histórico. Pero aún así, los ocho participantes presentarán sus mejores armas en el evento; de modo que aunque el triunfo sólo sea un sueño para los más humildes, garantizado está que algún ‘gigante’ tendrá problemas derivados de su derrota. No es el Mundial… pero queda menos. Y a nadie le amarga una Copa.