La edición de 2013 de la Copa Confederaciones ha crecido en prestigio y en impacto mediático frente a las ediciones que la precedieron. Pese a ciertas lagunas organizativos, sobre todo en el aspecto deportivo por el nivel de algunas de la selecciones participantes un aspecto a sido fundamental para este repunte en cuanto a interés.
El primero la composición de las semifinales, con cuatro equipos campeones del mundo en las mismas, por el lado “europeo” las dos últimas campeones del mundo, Italia en 2006 y España en 2010. Mientras que el cruce “americano” nos ha deparado un clásico Brasil-Uruguay, donde los anfitriones ejercían de favoritos ante, quizá, la mejor selección charrúa de los últimos tiempos...