Tanto la personalidad, el carácter, como el talento, son aspectos determinantes en el rendimiento del portero y están presentes en la toma de decisiones de cualquier acción técnica que ejecuta previa a la lectura táctica de la situación de juego.
Para darle continuidad a las distintas situaciones, debe perfilarse rápidamente a nivel corporal para situarse correctamente, y en ocasiones, sentir el miedo necesario para poder corregir la actuación de forma inmediata. Todo la carga emocional que contiene cada minuto de partido, indican que el portero debe controlar con garantías todas las sensaciones experimentadas y conseguir que no interfieran en su concentración.
¿Por qué? ¿Para qué?. Debe centrarse en estar listo para reaccionar ágilmente, sabiendo reconocer el momento clave para aprovechar de nuevo la oportunidad de corregir lo preciso, porque durante el proceso de toma de decisiones, controlar emocionalmente la situación permite ajustar el equilibrio mental y el estado corporal del portero a las nuevas exigencias. Sentir es también un acto mental.