A lo largo de la historia del entrenamiento en el fútbol, se ha tendido a separar el entrenamiento en diferentes dimensiones: física, técnica, táctica y psicológica y a entrenarlas por separado. Pero actualmente, y gracias a las aportaciones del paradigma sistémico-complejo, esta visión ha cambiado, el jugador es entendido como una unidad funcional, donde se intenta optimizar .todas sus estructuras, sin maximizar ninguna de ellas.
Las fases y sub-fases del juego se pueden distinguir, pero nunca separar, ya que forman parte del mismo proceso. Lo cualitativo pasa a tener prioridad respecto a lo cuantitativo. El jugador interacciona para un correcto funcionamiento del modelo, el cuerpo técnico no es el propietario del modelo, es el jugador, y sus posibilidades de interacción, las que producen el modelo a partir de lo que los jugadores son capaces de hacer.